Dejando de lado el manido debate de si pequeños, medianos y grandes negocios deben tener o no presencia en las redes sociales, la realidad es que cada vez son más los que se animan a dar el salto a estos ecosistemas. La razón: saben -o intuyen- que hacerlo les proporcionará grandes beneficios. Así lo mantienen los marketinianos de bien y tienen razón, la misma que cuando explican que echarse a navegar al mar de las redes sociales también puede acarrear perjuicios importantes.
